Yo dudé en ponérmela o guardarla de recuerdo, pero una vez que llegamos a Terrassa y se aparcaron los coches en la Rambla delante del Museo, pensé que en una ocasión tan histórica como esa sería un sacrilegio no llevarla puesta...
... así que entré en un bar con la camiseta en su envoltorio y tal, me pedí una caña, y me fui al baño del bar y salí con ella puesta
Ahora sí que me la guardo de recuerdo y no la volveré a usar (al menos de forma cotidiana)
Otro gran trabajo de la abnegada Marta (Anxo, cuídala, tienes una santa!!!!)
Saludos